miércoles, 24 de abril de 2013

Opinión.


Marionetas

Es cierto que cada persona tiene sus preferencias, en diversos temas y aspectos de la vida, pero cuando se trata de equipos de fútbol  tiene la capacidad suficiente un niño para elegir su equipo? O solo cae ante la presión del gusto familiar?

No es raro ver en las familias que hasta los más pequeños de la casa defienden el equipo familiar como si tuvieran una vida siguiéndole, incluso llegan a levantar la voz y pelear con los demás niños que no comparten su elección.

Al crecer ya es inevitable que lleve en su subconsciente la idea de preferencia, pero a pesar de ello uno se pregunta cómo se puede arraigar tanto en una persona el gusto por algo al punto de llegar al fanatismo y provocar los múltiples incidentes que se han vivido en el país a causa de las barras.

Es realmente culpa de aquel joven? O más bien es culpa de aquel padre que gritaba y bebía mientras observaba los partidos? Que es lo que se le está fomentando a los jóvenes.

Si a mí me preguntan, deberían investigarse más los casos relacionados con las barras de fútbol en el país y se debería castigar a quienes tienen la culpa, como es posible que un adolescente sea violento y fanático a algo cuando apenas está comenzando a vivir?

Muchas veces nuestro egoísmo nos ciega a tal punto en que no nos damos cuenta del daño psicológico que causamos a nuestros hijos con el simple hecho de pelear con el vecino por que gano su equipo y bebimos de mas.

La familia es el lugar donde se fomentan los valores morales pero también el respeto, la paciencia y sobre todo el amor al prójimo, no debemos insertar fanatismo en los más pequeños, debemos dejarles el camino abierto, para que cuando sean adultos responsables, sean ellos los que tomen su propia decisión. 

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